Tuesday, August 5, 2025


 

El efecto Magdalena

"Empatizar significa tener la capacidad de comprender y compartir el sentimiento de otras personas, poniéndote en su lugar para comprender desde su perspectiva"


Hace poco más de 30 años yo tenía entre 14 y 16 años, Magdalena (la hermana menor de mi papá qepd) mientras yo hacía mi tarea en la oficina de mi papá después de la escuela (ella trabajaba para él) empezó a decirme cosas horribles, me insultó a mí y a mi familia (a mi mamá y mi hermano) dijo que mi papá no nos quería, específicamente dijo que yo me creía mucho, que creía que era bonita, que me creía princesa y que era la adoración de mi papá, pero que no era así, que mi papá tenía otra familia (no le creí en ese entonces pensé que eran palabras solo para lastimarme) que Cristina (así se llama la otra hija de mi papá) si era bonita, era bien linda y además ella y su mamá sí eran la adoración de mi papá, por mucho tiempo me estuvo diciendo ese tipo de cosas y agrediendo a mi mamá, me dijo que mi papá les había pagado un viaje a la playa a ella, sus hijas y a Cristina y su mamá y que se querían mucho, en cambio toda la familia de mi papá detestaba a mi familia.

Soporté durante un buen rato, hasta que exploté y le respondí, no me siento orgullosa de lo que hice pero fue una gran lección de vida para mí, saqué dinero de mi bolsa y me paré frente a Magdalena, le dije: mi papá se casó con mi mamá, somos sus hijos legítimos, nos compró casa, nos da una buena vida, no nos falta nada, no como a tus mocosas que su papá es casado, quizá por eso te llevas bien con la amante de mi papá, entre amantes supongo que se entienden (el papá de sus gemelas es casado) le lancé el dinero en la cara y le dije toma para que les compres algo de comer ya que su papá como es casado no les da ni un peso. Magdalena ya no me dijo nada más, poco después llegó mi mamá por mí para llevarme a casa a comer.

Medité mientras me vestía para irme al ballet, mi papá entró furioso a mi habitación para reclamarme lo sucedido, yo había decidido llamar a Magdalena para disculparme y decirle que no iba a contarle a mi papá las barbaridades que ella me dijo, cuando mi papá me reclamó cambié de opinión y solo respondí: dile a tu hermana que tenga el valor para contarte todo y no solamente mi reacción, pregúntale qué me dijo ella para hacerme explotar, él se fue y ya no volvimos a tocar el tema.

Aprendí a guardarme información, a no hablar de mi vida ni mostrar mi alma a todas las personas, a ser discreta con lo que los demás me dicen y jamás usarlo en su contra y a guardarme para mí cosas que alguien puede utilizar para lastimarme.

Aprendí que cuando alguien no tiene buenas intenciones buscará disfrazar la verdad o contarla a medias para hacer daño y que cuando alguien me ve a través de los ojos de Magdalena soy una persona horrible.

Tenía 16 años y ella más de 30, yo era una chiquilla que además era hija de su hermano y a ella no la detuvo eso porque su intención era herirme, yo nunca toqué el tema con mis padres, años más tarde mis papás se divorciaron, no me sorprendí cuando mi mamá me mostró cartas y fotos que la mamá de Cristina le hizo llegar, no guardé rencor, no culpo a mis medios hermanos de nada, el día que mi papá murió quería despedirse de ellos, quería resistir a que Cristina regresara de Cuba pero ya estaba sufriendo mucho y le dije que se fuera en paz que yo me encargaba de que sus hijos se despidieran en el funeral y así lo hice, les llamé y les informé, les dije en dónde sería el funeral y mi hermano menor estuvo ahí con su mamá despidiendo a nuestro papá.

La versión de mí que cada persona tiene es basada en su experiencia, mi hermano menor piensa que soy una buena persona (me lo ha dicho) Magdalena me sigue odiando (aún me mira con rencor) yo no, yo entendí que era una chiquilla, que no me podía exigir la madurez de la mujer que soy hoy y que mantiene la calma.

Tal vez esta experiencia es más cercana a la de muchas personas, mi propósito es hablar de autismo desde una experiencia personal, en internet hay gente mal intencionada que pinta el autismo como algo terrible, igual que Magdalena seguramente se expresa de mí. 

Hay mitos en internet rodeando el autismo, que si son agresivos y solamente diré tal vez una "Magdalena" provocó reacciones, quizá el entorno o por alguna o muchas razones ese pequeño con autismo explotó pero solo conocemos la "verdad" basada en la experiencia de "Magdalena" o sea solo tenemos información de la reacción.

Hace algunos años mi principito estaba en preescolar y literal lanzaba todo por la ventana, esa era su versión de preescolar a los 4 años, actualmente tiene 16 y estudia cine, sus maestros se expresan super lindo de él, es un chico muy enfocado, muy profesional, trabajador, aplicado, dedicado y creativo es la versión actual de él. 

Otro mito es que los chicos con autismo no hablan, en algunos casos no, en algunos casos digamos que son pre verbales o sea que tienen la aplicación pre cargada o la capacidad de hablar solo necesitan trabajo terapéutico para lograrlo.

Las versiones de cada niño con autismo a los 3 años no son iguales a los 5, a los 8 o los 14 años, las personas cambiamos, maduramos, aprendemos, evolucionamos.

El autismo es un espectro, nada se puede generalizar y las maestras que tuvieron a mi peque de alumno y tuvieron más alumnos con autismo seguramente cada uno muy distinto del otro.

El efecto "Magdalena" es como un icerberg, gran parte de la verdad se encuentra en las profundidades del océano y a menos que estemos dispuestos a sumergirnos en él para comprender mejor al otro, para entender que detrás del autismo (o cualquier condición) hay mucho más de lo que podemos ver a simple vista.

No nos quedemos con el efecto "Magdalena" o sea una parte de información, cuando solo tienes un pedacito del todo la información se le llama mal informar, la falta de conocimiento se le llama desconocimiento y eso es el principio de los pre juicios, de la discriminación y es tarea de todos incluir pues todos somos humanos, todos somos parte del mismo mundo, muy diferentes unos de otros pero con el mismo valor, el mismo derecho a ser respetado y a ser parte de este mundo.

Tere Hernández