Mi
hermano tiene autismo
“Tener
un hermano con autismo es diferente y no por el autismo sino por lo que tienes
que aprender y lo distinta que ves la vida … es asombroso”
La
pregunta que más he escuchado de los amigos de mi hijo es ¿Cómo es tener un hermano
con autismo? Y la respuesta siempre es la misma: “Es diferente, pero no por el
autismo, sino por muchas cosas que vivimos, aprendemos y te cambia la forma en
que ves la vida, ser su hermano es asombroso”
Otra
pregunta que me hacen muy seguido es ¿cómo le explicas a tu hijo que su hermano
tiene autismo? La inclusión empieza en
casa, entonces si parto desde el significado de inclusión entiendo que es incluir y ello implica ser parte de un
todo, implica hacer cambios para adaptarse.
Yo amo
a mi hijo porque es mi hijo y punto, él es una bendición porque un hijo siempre
lo es y sí, es diferente, sus necesidades y forma de ver y aprender en la vida
es distinta, empezar a normalizar en
casa el ser diferente y no hablar de diferencias sino de diversidad.
Debemos
aprender a ver el autismo y cualquier condición como diversidad y dejar a un
lado el término discapacidad, diversidad
implica riqueza, implica que todos somos diferentes.
Educar en el respeto a las diferencias,
en que ser diferente no es malo, entender que todos somos diferentes en algún
punto y que todos somos discapacitados para algo, por ejemplo, mi mejor amigo
aprendió a montar a caballo a los 2 años y a mi edad aún no se hacerlo, yo por
otro lado practico ballet clásico desde la misma edad y mi mejor amigo no tiene
idea de cómo hacerlo, así que, él tiene discapacidad para bailar ballet y yo
discapacidad para montar a caballo.
Los
pequeños con autismo tienen dificultades para ciertas cosas y habilidades para
otras, así debemos educar a los hermanos que TODOS tenemos dificultades y habilidades y eso no es malo, es
riqueza, si todos fuéramos iguales no habría descubrimientos, avances ni
evolución. Los chicos con autismo tienen intereses como todos, ellos se vuelven
expertos en temas que son de su interés lo que los hace genios en ciertos temas
y eso es una gran fortaleza, podrían ser grandes profesionales en ciertas áreas
y lograr cosas que quizá gracias a su enfoque, determinación y sed de
conocimiento en ciertos temas pueden hacer grandes avances en la ciencia o
descubrimientos que nadie más podría lograr.
Mi
hijo tenía fascinación por las pelotas, las giraba y probaba cosas nuevas con
ellas, a veces colocaba una en el portón y colocaba un juguete en un punto en
específico al abrir el portón la pelota rodaba tirando el juguete y él
aplaudía, a veces las botaba y colocaba la mano y la pelota después de rebotar
iba directo a su mano, utilizaba una secadora de cabello para mantener en
movimiento una pelota y siempre me pareció fascinante observarlo experimentar
con sus pelotas.
Un ave
necesita muchas plumas y dos alas para volar, casa una de sus plumas cuenta,
cada una es distinta y todas juntas hacen posible que el ave pueda volar, un
jardín es hermoso porque tiene flores de colores, fragancias, texturas y formas
y ahí radica la belleza y riqueza de ese jardín, una canción si tuviera solo
una nota musical que se repite una y otra vez, sería aburrida y plana, necesita
distintas notas musicales, la humanidad
también necesita todo tipo de mentes,
todo tipo de habilidades, culturas, idiomas, costumbres e inteligencias para evolucionar.
Todos
somos como notas de una canción que al unirse somos parte de un todo, la
inclusión empieza en casa, en ver la diversidad como parte del día a día,
educando seres humanos sensibles, no solo con las personas con autismo, con
cada ser que cruce en su camino.
Tener
un hermano con autismo sensibiliza, nos hace darnos cuenta de que TODOS somos
diferentes, que todos somos parte del mismo mundo y que TODOS necesitamos ayuda
en algún momento de la vida y que nadie es perfecto y cambiar la palabra
“normal” por diversidad. Mis hijos han aprendido uno del otro, el mayor se ha
convertido en protector, ha aprendido de la condición de su hermanito, es más
sensible, ha desarrollado su niño interior, es paternal y amoroso, el pequeño
ha aprendido a socializar, a hacer cosas imitando a su hermano, hacen cosas
juntos que no hacen con nadie más tienen una conexión muy especial que quizá no
tendrían sin el TEA en nuestras vidas.
Ser
una familia azul no es fácil, pero hay que empezar a trabajar desde casa y que las semillas del amor, el respeto e
inclusión florezcan en nuestros corazones y vayan sembrando en otros jardines
un mundo mejor e incluyente.
Tere
de Cortéz

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