Wednesday, October 30, 2024

¿Cambiar al niño para el mundo o cambiar el mundo para el niño?

 


¿Cambiar al niño para el mundo o Cambiar el mundo para el niño?

“Es difícil encontrar el equilibrio entre aceptar, conformase o resignarse”

Cuando tienes un niño con autismo una de las cosas más difíciles de lograr es encontrar el equilibrio, hay una línea extremadamente delgada que divide muchos aspectos en donde debemos hallar el punto exacto por el cual empezar a recorrer este camino que es complejo, se requiere tenacidad y astucia.

Aceptar es tomar algo y hacerlo parte de ti sin oposición, sin poner condiciones, aceptar es tomar aquellas cosas que no podemos cambiar y un diagnóstico de autismo es algo que debemos aceptar, es parte del proceso y más adelante ahondaremos en ello, por otro lado, conformarse con algo es hacer ajustes, modificarlo para que sea parte de algo y finalmente resignarse es renunciar, ceder el poder a algo o a alguien, necesitaba explicar un poco estos conceptos para que se entendiera mejor lo que sigue.

Siempre hablamos de inclusión; pero, ¿qué es la inclusión? Viene de la palabra incluir y esto significa que es parte de un todo, o sea que inclusión es hacer parte del peque en el entorno ya sea la comunidad de vecinos, el colegio, la familia, amigos, etc. Pero cuando compras un tapete nuevo para la sala debe existir cierta armonía para que el tapete pueda formar parte de la sala de lo contrario parecerá incrustado o puesto ahí por la fuerza, lo mismo sucede cuando intentamos hacer parte de un outfit un sombrero, unos zapatos o accesorios deben estar en la misma gama de colores para que exista armonía y no resalte de forma negativa por romper la armonía.

Adecuaciones o adaptaciones es una palabra que escuchamos todo el tiempo, queremos que exista todo lo que sea incluyente o ambientes amigables, que le hagan adaptaciones en la escuela para que le sea más fácil integrarse, que entiendan su condición, que la maestra sombra, que 80 tipos de apoyos.

Habrá casos en los que sea muy necesario recurrir a ciertos apoyos, pero no debemos abusar de ellos, por ejemplo: no le darías una silla de ruedas a un niño que puede caminar con un bastón, sucede igual con el uso de pictogramas por ejemplo puede ayudar al niño y el abuso de los mismos puede perjudicarle de la misma forma que ponerle una silla de ruedas a un niño que puede caminar con muletas o bastón.

Lo mismo sucede con las maestras de apoyo, hay casos en los que son necesarias, hay casos en los que no y ahí habría que evaluar con un especialista y también cuidar que la maestra sea realmente un apoyo y no un obstáculo, es decir que sea algo pasajero que prepare al niño para que en un tiempo pueda solo y no que le genere dependencia y no lo pueda soltar, recordemos que son APOYOS lo cual significa que son TEMPORALES, su función es justamente apoyar a la persona hasta que pueda hacerlo por sí misma.

Encontrar el equilibrio en brindarle los apoyos que realmente necesita y exigirle hasta donde sea posible exigirle, no vamos a exigirle a un niño en silla de ruedas que logre saltar, por ejemplo, pero sí que pueda desplazarse de forma autónoma, que aprenda a ir solo al baño o actividades que puede lograr dentro de sus límites e ir elevando el nivel de exigencia a medida de sus posibilidades.

En el colegio al principio necesitará el niño varios apoyos, que se le proporcionarán con la visión de que los deje en un tiempo, hay que ser incluyente y comprensivo, pero al mismo tiempo exigentes y firmes con el niño y se puede ser ambas cosas a la vez y el secreto es justamente equilibrio.

Hay que aceptar que el niño tiene ciertas limitaciones para brindarle los apoyos que necesita, también debemos tener en cuenta que necesita cierto nivel de exigencia para que siga avanzando no quedarnos en la idea de tiene limitaciones y que no puede sino tiene ciertos retos que debemos superar poco a poco, recordemos siempre que aceptar es hacer nuestro algo que no podemos cambiar, aceptar el diagnóstico de tu hijo significa que no puedes cambiar su autismo, que no puedes cambiar que perdió la vista o una pierna, que no puede escuchar o hablar, pero también hay que recordar que conformar es ajustar o sea que no porque un hijo nació sin vista no puede ver, quizá necesita cirugías, quizá tenga que aprender a “ver” a través de sus manos y agudizando sus demás sentidos, que un pequeño con autismo puede ser no verbal, pero que con terapias puede llegar a hablar o que si es sordo pueda escuchar con un implante coclear, la aceptación del diagnóstico nos abre posibilidades que ya dependerán de cada caso y las recomendaciones de los expertos y no rendirnos porque mientras hay vida hay esperanza y todo esfuerzo es recompensado con resultados.

Inclusión es que el niño forme parte de su entorno, nos cuesta un poco entender que para lograrlo debemos pensar que igual que la sala cada accesorio tiene que armonizar con el resto y para que el niño pueda ser parte de su entorno hay que hacer dos cosas, hacer adecuaciones y ajustes en el niño y hacer adecuaciones y ajustes en el mundo para que puedan convivir en armonía.

Debemos cambiar un poco al niño para que encaje en el mundo y debemos cambiar un poco al mundo para que sea amigable con el niño, eso es equilibrio y equidad educar y preparar al niño para enfrentarse al mundo y al mismo tiempo preparar al mundo para darle la bienvenida al niño.

Eso es inclusión y justicia, encontrar un equilibrio entre exigencias y apoyos para cualquier niño con necesidades especiales hay que estar seguros de qué apoyos son buenos para el niño y en donde me estoy excediendo o me falta exigirle para ayudarle a crecer.

Tere de Cortéz

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