“El Amor siempre es la respuesta”
“Si un
niño no fue criado en el amor, sino en el miedo no aprende a amar sino a
defenderse” Francoise Dolto
Como
madre es complicado no cruzar la línea que separa los berrinches de las crisis,
tenemos siempre en cuenta que algunos pequeños con TEA (autismo) tienen híper o
hipo sensibilidad sensorial y que en ocasiones se alteran, lloran, agreden o
auto agreden como reacción a una sobre estimulación sensorial y que pasan un
mal momento.
Es
común que lo tengamos en cuenta TODO el tiempo porque vemos en las caras de
nuestros pequeños el sufrimiento y el dolor, entonces creemos que regañarlo o
ponerle límites por una sobre carga sensorial es tan absurdo o cruel como
golpear a un niño que se acaba de abrir la cabeza o romper un brazo porque se
cayó, cuando lo que necesita es atención médica.
Es
difícil no intentar ser comprensiva cuando has visto a tu hijo llorar con
profundo dolor, cuando ves en sus ojos el sufrimiento, cuando lo miras tirarse
al suelo en un grito desgarrador mientras se golpea la cabeza contra el piso,
lo único que quieres hacer en ese momento es protegerlo, abrazarlo y que deje
de sufrir y llorar.
No
debemos olvidar que los niños con TEA justamente son niños y como tales
también hacen berrinches y también necesitan límites claros y concretos
que le sirvan de guía para lograr tener un comportamiento adecuado, necesitan
mucha estructura, reglas muy claras, muy específicas en un lenguaje simple,
breve y concreto.
Establecer
límites con amor, con respeto y con el ejemplo. En el momento de las crisis el
amor también es la respuesta el ABC de crisis y berrinches A) Amor, le doy amor
para conectar B) Si te lo permite abraza, contenlo y hazle sentir seguro y C)
Ayuda a resolver, ofrece alternativas y soluciones que le permitan aprender y
resolver para que no vuelva a pasar un mal rato.
La prevención siempre es mejor,
anticipa puedes hacer una agenda de actividades para que tenga claro lo que
debe hacer, establece reglas y muestra el comportamiento deseado y el no
deseado para que lo tenga claro, recompensa siempre sus buenas acciones y
organiza actividades para jugar, conectar, compartir, crear lazos de confianza
y canales de comunicación, dale la oportunidad de hacerlo bien, de practicar
una y otra vez, no necesitas un plan de recompensas con miles de dulces y
juguetes, a veces basta con el reconocimiento, una estrellita, una palabra de
aliento, un abrazo y por qué no, si puedes una pizza.
Cuando
un bebé empieza a comer sólidos no le damos una pieza de pollo frito con papas
a la francesa, le desmenuzamos muy finamente la carne e incluso la licuamos con
verduras y caldo formando una papilla, lo mismo haremos con el día a día para
un niño con TEA desmenuzarle la información o hacerla papilla para que la
puedan digerir mejor, a veces ayuda anticipar, explicar paso por paso la
situación para que ellos sepan qué esperar darles seguridad o siguiendo con el
ejemplo que no se atraganten intentando digerir todo en el momento.
Para
integrarlo poco a poco en un entorno o ambiente nuevo hay que anticipar y
brindarle toda la información posible para que sea una experiencia amigable
para el niño. Para ir al cine por ejemplo elegir un horario poco común y
procurar evitar los estrenos donde es abrumadora la cantidad de personas que
asisten al mismo es un claro ejemplo de “desmenuzar” la información para el
niño, puedes elegir llevarlo en vacaciones un lunes a las 10 am cuando casi
nadie va al cine y poco a poco elegir horarios con más personas, igual para
llevarlo a una consulta o cortarse el cabello, si eliges un horario no muy
concurrido eliminas el estrés de llegar y ver mucha gente y puede estar más
abierto a experimentar, procura que sea breve habla con las personas con
anticipación un corte rápido con máquina y sin gente o mirar al espejo puede
ser una mejor experiencia que uno más largo con tijeras y lleno de gente, lleva
objetos con los que tenga algún apego, así se sentirá más seguro, juguetes o
puedes anticipar con la estilista cuánto puede demorar el corte y llevar una
actividad que dure más o menos ese tiempo, ponerle un vídeo o jugar algo para
que su mente se distraiga con una actividad y no piense en el corte, puedes
hacerlo divertido, yo solía cortar las uñas de mi peque y ponerlas en una
servilleta, le conté que “grillo” comía uñas y era momento de alimentarlo pues
ya nos habían crecido, las poníamos en una servilleta y empezábamos a hablarle
grillo, grillo, señor grillo, su comida está lista venga a comer y eso le
distraía del corte de uñas, estar hablándole al señor grillo para que viniera a
comer y para el cabello me compré un pelorico que si no saben que es, pues es
un dulce que tiene un envase en donde vas bajando la tapa y tiene una especie
de colador arriba por donde sale dulce de tamarindo con chile, le expliqué que
aunque le corten el cabello le sale más igual que al pelorico, le compré
tijeras y le hice un muñeco de estambre para que también le cortara el cabello,
jugábamos al salón de belleza o al super mercado y eso le servía de práctica
para que lo relacionara con los juegos y sabía que había que meter cosas al
carrito, hacer fila, pagar y era momento de volver a casa.
Los
niños aprenden más de lo que ven y de lo que viven que de lo que escuchan, me
costó aprender algo que los libros no te enseñan, lo aprendes día a día con tu
pequeño, porque los terapeutas a veces te dicen que algo te tiene que funcionar
porque el libro dice que tiene que funcionar porque está comprobado científicamente
PERO, el problema es que ellos tienen muchos niños por una hora cada uno y como
madres tenemos el mismo niño 24/7 y ahí cambia todo, algo que no me enseñaron
los libros es que la calma también se contagia, que en momentos de crisis de él
yo no me podía dar el lujo de perder la calma, que mis emociones le daban
seguridad o incertidumbre y que primero tenía que controlarme yo para que él
estuviera bien y darle la seguridad de que todo iba a salir bien, creer en él,
confiar en mí y en él eso me funcionó muchas veces más que hacer la agenda, que
anticipar, que todos los consejos del terapeuta o todos los libros que me leía
de autismo.
Por
otro lado es difícil entender que también es niño, también hace berrinches y
aprendí a elegir mis batallas a no pelear por un dulce y mejor negociar con él
sobre el dulce, lo puedes tener aquí pero no lo puedes abrir hasta que termines
de comer, eso le daba la seguridad de comerse el dulce si antes comía, aprendí
a mantener la calma y ponerme en sus zapatos, entenderlo y ponerle límites con
amor y respeto a no levantar la voz porque me costó entender que si levanto la
voz la cosa empeora es como encender una antorcha y arde Troya, siempre hubo
límites claros, reglas claras, estaban en un cuadro de lo permitido y lo que NO
está permitido lo demás era negociable y sigue siendo ahora que es adolescente,
¿cómo saber cuándo es berrinche y cuándo es crisis? Cuando puede pensar y
detenerse definitivamente es un berrinche y necesita otro tipo de abordaje y
solución y cuando no mide el peligro, cuando no puede detenerse o pensar en las
consecuencias definitivamente es crisis. Recuerdo un día en el rancho salimos a
montar estaba jugando con una pelota, la pelota fue a dar a las patas de los
caballos, le dije que no podía ir por ella, lo subí al carro en lo que resolvía
recuperar la pelota, entró en crisis, se bajó del coche corrió llorando y no
pude alcanzarlo me tocó meterme en medio de las varios caballos con mucha calma
a sacar al niño con todo y pelota fue lo más kamikaze que he hecho en mi vida y
eso que amo la adrenalina, he vivido muchas cosas con él y de todo he aprendido
porque jamás volví a permitir que se fuera corriendo detrás de su pelota
poniendo en riesgo su seguridad así que pusimos límites a jugar con las pelotas
y jugamos con títeres para que aprendiera consecuencias de lo que posiblemente
podía ocurrir y nos ayudó a anticipar crisis muchas crisis y algunas las
evitamos, aún sigo aprendiendo y aún le molestan los cambios de planes pero ya
no corre detrás de una pelota, ya no se golpea contra la pared o el piso, ahora
solo me dice ay que rabia me controlé eh me controlé y lo sigo estimulando por
ello, sigo diciéndole que hace bien que va bien, que todos nos enojamos, que
todos perdemos el control a veces y que todos aprendemos de nuestros errores.
He
aprendido con é que el amor SIEMPRE es la respuesta y si no te está funcionando
aumenta la dosis
Tere
de Cortéz
“El
Amor siempre es la respuesta”
“Si un
niño no fue criado en el amor, sino en el miedo no aprende a amar sino a
defenderse” Francoise Dolto
Como
madre es complicado no cruzar la línea que separa los berrinches de las crisis,
tenemos siempre en cuenta que algunos pequeños con TEA (autismo) tienen híper o
hipo sensibilidad sensorial y que en ocasiones se alteran, lloran, agreden o
auto agreden como reacción a una sobre estimulación sensorial y que pasan un
mal momento.
Es
común que lo tengamos en cuenta TODO el tiempo porque vemos en las caras de
nuestros pequeños el sufrimiento y el dolor, entonces creemos que regañarlo o
ponerle límites por una sobre carga sensorial es tan absurdo o cruel como
golpear a un niño que se acaba de abrir la cabeza o romper un brazo porque se
cayó, cuando lo que necesita es atención médica.
Es
difícil no intentar ser comprensiva cuando has visto a tu hijo llorar con
profundo dolor, cuando ves en sus ojos el sufrimiento, cuando lo miras tirarse
al suelo en un grito desgarrador mientras se golpea la cabeza contra el piso,
lo único que quieres hacer en ese momento es protegerlo, abrazarlo y que deje
de sufrir y llorar.
No
debemos olvidar que los niños con TEA justamente son niños y como tales
también hacen berrinches y también necesitan límites claros y concretos
que le sirvan de guía para lograr tener un comportamiento adecuado, necesitan
mucha estructura, reglas muy claras, muy específicas en un lenguaje simple,
breve y concreto.
Establecer
límites con amor, con respeto y con el ejemplo. En el momento de las crisis el
amor también es la respuesta el ABC de crisis y berrinches A) Amor, le doy amor
para conectar B) Si te lo permite abraza, contenlo y hazle sentir seguro y C)
Ayuda a resolver, ofrece alternativas y soluciones que le permitan aprender y
resolver para que no vuelva a pasar un mal rato.
La prevención siempre es mejor,
anticipa puedes hacer una agenda de actividades para que tenga claro lo que
debe hacer, establece reglas y muestra el comportamiento deseado y el no
deseado para que lo tenga claro, recompensa siempre sus buenas acciones y
organiza actividades para jugar, conectar, compartir, crear lazos de confianza
y canales de comunicación, dale la oportunidad de hacerlo bien, de practicar
una y otra vez, no necesitas un plan de recompensas con miles de dulces y
juguetes, a veces basta con el reconocimiento, una estrellita, una palabra de
aliento, un abrazo y por qué no, si puedes una pizza.
Cuando
un bebé empieza a comer sólidos no le damos una pieza de pollo frito con papas
a la francesa, le desmenuzamos muy finamente la carne e incluso la licuamos con
verduras y caldo formando una papilla, lo mismo haremos con el día a día para
un niño con TEA desmenuzarle la información o hacerla papilla para que la
puedan digerir mejor, a veces ayuda anticipar, explicar paso por paso la
situación para que ellos sepan qué esperar darles seguridad o siguiendo con el
ejemplo que no se atraganten intentando digerir todo en el momento.
Para
integrarlo poco a poco en un entorno o ambiente nuevo hay que anticipar y
brindarle toda la información posible para que sea una experiencia amigable
para el niño. Para ir al cine por ejemplo elegir un horario poco común y
procurar evitar los estrenos donde es abrumadora la cantidad de personas que
asisten al mismo es un claro ejemplo de “desmenuzar” la información para el
niño, puedes elegir llevarlo en vacaciones un lunes a las 10 am cuando casi
nadie va al cine y poco a poco elegir horarios con más personas, igual para
llevarlo a una consulta o cortarse el cabello, si eliges un horario no muy
concurrido eliminas el estrés de llegar y ver mucha gente y puede estar más
abierto a experimentar, procura que sea breve habla con las personas con
anticipación un corte rápido con máquina y sin gente o mirar al espejo puede
ser una mejor experiencia que uno más largo con tijeras y lleno de gente, lleva
objetos con los que tenga algún apego, así se sentirá más seguro, juguetes o
puedes anticipar con la estilista cuánto puede demorar el corte y llevar una
actividad que dure más o menos ese tiempo, ponerle un vídeo o jugar algo para
que su mente se distraiga con una actividad y no piense en el corte, puedes
hacerlo divertido, yo solía cortar las uñas de mi peque y ponerlas en una
servilleta, le conté que “grillo” comía uñas y era momento de alimentarlo pues
ya nos habían crecido, las poníamos en una servilleta y empezábamos a hablarle
grillo, grillo, señor grillo, su comida está lista venga a comer y eso le
distraía del corte de uñas, estar hablándole al señor grillo para que viniera a
comer y para el cabello me compré un pelorico que si no saben que es, pues es
un dulce que tiene un envase en donde vas bajando la tapa y tiene una especie
de colador arriba por donde sale dulce de tamarindo con chile, le expliqué que
aunque le corten el cabello le sale más igual que al pelorico, le compré
tijeras y le hice un muñeco de estambre para que también le cortara el cabello,
jugábamos al salón de belleza o al super mercado y eso le servía de práctica
para que lo relacionara con los juegos y sabía que había que meter cosas al
carrito, hacer fila, pagar y era momento de volver a casa.
Los
niños aprenden más de lo que ven y de lo que viven que de lo que escuchan, me
costó aprender algo que los libros no te enseñan, lo aprendes día a día con tu
pequeño, porque los terapeutas a veces te dicen que algo te tiene que funcionar
porque el libro dice que tiene que funcionar porque está comprobado científicamente
PERO, el problema es que ellos tienen muchos niños por una hora cada uno y como
madres tenemos el mismo niño 24/7 y ahí cambia todo, algo que no me enseñaron
los libros es que la calma también se contagia, que en momentos de crisis de él
yo no me podía dar el lujo de perder la calma, que mis emociones le daban
seguridad o incertidumbre y que primero tenía que controlarme yo para que él
estuviera bien y darle la seguridad de que todo iba a salir bien, creer en él,
confiar en mí y en él eso me funcionó muchas veces más que hacer la agenda, que
anticipar, que todos los consejos del terapeuta o todos los libros que me leía
de autismo.
Por
otro lado es difícil entender que también es niño, también hace berrinches y
aprendí a elegir mis batallas a no pelear por un dulce y mejor negociar con él
sobre el dulce, lo puedes tener aquí pero no lo puedes abrir hasta que termines
de comer, eso le daba la seguridad de comerse el dulce si antes comía, aprendí
a mantener la calma y ponerme en sus zapatos, entenderlo y ponerle límites con
amor y respeto a no levantar la voz porque me costó entender que si levanto la
voz la cosa empeora es como encender una antorcha y arde Troya, siempre hubo
límites claros, reglas claras, estaban en un cuadro de lo permitido y lo que NO
está permitido lo demás era negociable y sigue siendo ahora que es adolescente,
¿cómo saber cuándo es berrinche y cuándo es crisis? Cuando puede pensar y
detenerse definitivamente es un berrinche y necesita otro tipo de abordaje y
solución y cuando no mide el peligro, cuando no puede detenerse o pensar en las
consecuencias definitivamente es crisis. Recuerdo un día en el rancho salimos a
montar estaba jugando con una pelota, la pelota fue a dar a las patas de los
caballos, le dije que no podía ir por ella, lo subí al carro en lo que resolvía
recuperar la pelota, entró en crisis, se bajó del coche corrió llorando y no
pude alcanzarlo me tocó meterme en medio de las varios caballos con mucha calma
a sacar al niño con todo y pelota fue lo más kamikaze que he hecho en mi vida y
eso que amo la adrenalina, he vivido muchas cosas con él y de todo he aprendido
porque jamás volví a permitir que se fuera corriendo detrás de su pelota
poniendo en riesgo su seguridad así que pusimos límites a jugar con las pelotas
y jugamos con títeres para que aprendiera consecuencias de lo que posiblemente
podía ocurrir y nos ayudó a anticipar crisis muchas crisis y algunas las
evitamos, aún sigo aprendiendo y aún le molestan los cambios de planes pero ya
no corre detrás de una pelota, ya no se golpea contra la pared o el piso, ahora
solo me dice ay que rabia me controlé eh me controlé y lo sigo estimulando por
ello, sigo diciéndole que hace bien que va bien, que todos nos enojamos, que
todos perdemos el control a veces y que todos aprendemos de nuestros errores.
He
aprendido con é que el amor SIEMPRE es la respuesta y si no te está funcionando
aumenta la dosis
Tere
de Cortéz





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