Thursday, October 31, 2024

El amor siempre es la respuesta




“El Amor siempre es la respuesta”

“Si un niño no fue criado en el amor, sino en el miedo no aprende a amar sino a defenderse” Francoise Dolto

Como madre es complicado no cruzar la línea que separa los berrinches de las crisis, tenemos siempre en cuenta que algunos pequeños con TEA (autismo) tienen híper o hipo sensibilidad sensorial y que en ocasiones se alteran, lloran, agreden o auto agreden como reacción a una sobre estimulación sensorial y que pasan un mal momento.

Es común que lo tengamos en cuenta TODO el tiempo porque vemos en las caras de nuestros pequeños el sufrimiento y el dolor, entonces creemos que regañarlo o ponerle límites por una sobre carga sensorial es tan absurdo o cruel como golpear a un niño que se acaba de abrir la cabeza o romper un brazo porque se cayó, cuando lo que necesita es atención médica.

Es difícil no intentar ser comprensiva cuando has visto a tu hijo llorar con profundo dolor, cuando ves en sus ojos el sufrimiento, cuando lo miras tirarse al suelo en un grito desgarrador mientras se golpea la cabeza contra el piso, lo único que quieres hacer en ese momento es protegerlo, abrazarlo y que deje de sufrir y llorar.

No debemos olvidar que los niños con TEA justamente son niños y como tales también hacen berrinches y también necesitan límites claros y concretos que le sirvan de guía para lograr tener un comportamiento adecuado, necesitan mucha estructura, reglas muy claras, muy específicas en un lenguaje simple, breve y concreto.

Establecer límites con amor, con respeto y con el ejemplo. En el momento de las crisis el amor también es la respuesta el ABC de crisis y berrinches A) Amor, le doy amor para conectar B) Si te lo permite abraza, contenlo y hazle sentir seguro y C) Ayuda a resolver, ofrece alternativas y soluciones que le permitan aprender y resolver para que no vuelva a pasar un mal rato.

 La prevención siempre es mejor, anticipa puedes hacer una agenda de actividades para que tenga claro lo que debe hacer, establece reglas y muestra el comportamiento deseado y el no deseado para que lo tenga claro, recompensa siempre sus buenas acciones y organiza actividades para jugar, conectar, compartir, crear lazos de confianza y canales de comunicación, dale la oportunidad de hacerlo bien, de practicar una y otra vez, no necesitas un plan de recompensas con miles de dulces y juguetes, a veces basta con el reconocimiento, una estrellita, una palabra de aliento, un abrazo y por qué no, si puedes una pizza.

Cuando un bebé empieza a comer sólidos no le damos una pieza de pollo frito con papas a la francesa, le desmenuzamos muy finamente la carne e incluso la licuamos con verduras y caldo formando una papilla, lo mismo haremos con el día a día para un niño con TEA desmenuzarle la información o hacerla papilla para que la puedan digerir mejor, a veces ayuda anticipar, explicar paso por paso la situación para que ellos sepan qué esperar darles seguridad o siguiendo con el ejemplo que no se atraganten intentando digerir todo en el momento.

Para integrarlo poco a poco en un entorno o ambiente nuevo hay que anticipar y brindarle toda la información posible para que sea una experiencia amigable para el niño. Para ir al cine por ejemplo elegir un horario poco común y procurar evitar los estrenos donde es abrumadora la cantidad de personas que asisten al mismo es un claro ejemplo de “desmenuzar” la información para el niño, puedes elegir llevarlo en vacaciones un lunes a las 10 am cuando casi nadie va al cine y poco a poco elegir horarios con más personas, igual para llevarlo a una consulta o cortarse el cabello, si eliges un horario no muy concurrido eliminas el estrés de llegar y ver mucha gente y puede estar más abierto a experimentar, procura que sea breve habla con las personas con anticipación un corte rápido con máquina y sin gente o mirar al espejo puede ser una mejor experiencia que uno más largo con tijeras y lleno de gente, lleva objetos con los que tenga algún apego, así se sentirá más seguro, juguetes o puedes anticipar con la estilista cuánto puede demorar el corte y llevar una actividad que dure más o menos ese tiempo, ponerle un vídeo o jugar algo para que su mente se distraiga con una actividad y no piense en el corte, puedes hacerlo divertido, yo solía cortar las uñas de mi peque y ponerlas en una servilleta, le conté que “grillo” comía uñas y era momento de alimentarlo pues ya nos habían crecido, las poníamos en una servilleta y empezábamos a hablarle grillo, grillo, señor grillo, su comida está lista venga a comer y eso le distraía del corte de uñas, estar hablándole al señor grillo para que viniera a comer y para el cabello me compré un pelorico que si no saben que es, pues es un dulce que tiene un envase en donde vas bajando la tapa y tiene una especie de colador arriba por donde sale dulce de tamarindo con chile, le expliqué que aunque le corten el cabello le sale más igual que al pelorico, le compré tijeras y le hice un muñeco de estambre para que también le cortara el cabello, jugábamos al salón de belleza o al super mercado y eso le servía de práctica para que lo relacionara con los juegos y sabía que había que meter cosas al carrito, hacer fila, pagar y era momento de volver a casa.

Los niños aprenden más de lo que ven y de lo que viven que de lo que escuchan, me costó aprender algo que los libros no te enseñan, lo aprendes día a día con tu pequeño, porque los terapeutas a veces te dicen que algo te tiene que funcionar porque el libro dice que tiene que funcionar porque está comprobado científicamente PERO, el problema es que ellos tienen muchos niños por una hora cada uno y como madres tenemos el mismo niño 24/7 y ahí cambia todo, algo que no me enseñaron los libros es que la calma también se contagia, que en momentos de crisis de él yo no me podía dar el lujo de perder la calma, que mis emociones le daban seguridad o incertidumbre y que primero tenía que controlarme yo para que él estuviera bien y darle la seguridad de que todo iba a salir bien, creer en él, confiar en mí y en él eso me funcionó muchas veces más que hacer la agenda, que anticipar, que todos los consejos del terapeuta o todos los libros que me leía de autismo.

Por otro lado es difícil entender que también es niño, también hace berrinches y aprendí a elegir mis batallas a no pelear por un dulce y mejor negociar con él sobre el dulce, lo puedes tener aquí pero no lo puedes abrir hasta que termines de comer, eso le daba la seguridad de comerse el dulce si antes comía, aprendí a mantener la calma y ponerme en sus zapatos, entenderlo y ponerle límites con amor y respeto a no levantar la voz porque me costó entender que si levanto la voz la cosa empeora es como encender una antorcha y arde Troya, siempre hubo límites claros, reglas claras, estaban en un cuadro de lo permitido y lo que NO está permitido lo demás era negociable y sigue siendo ahora que es adolescente, ¿cómo saber cuándo es berrinche y cuándo es crisis? Cuando puede pensar y detenerse definitivamente es un berrinche y necesita otro tipo de abordaje y solución y cuando no mide el peligro, cuando no puede detenerse o pensar en las consecuencias definitivamente es crisis. Recuerdo un día en el rancho salimos a montar estaba jugando con una pelota, la pelota fue a dar a las patas de los caballos, le dije que no podía ir por ella, lo subí al carro en lo que resolvía recuperar la pelota, entró en crisis, se bajó del coche corrió llorando y no pude alcanzarlo me tocó meterme en medio de las varios caballos con mucha calma a sacar al niño con todo y pelota fue lo más kamikaze que he hecho en mi vida y eso que amo la adrenalina, he vivido muchas cosas con él y de todo he aprendido porque jamás volví a permitir que se fuera corriendo detrás de su pelota poniendo en riesgo su seguridad así que pusimos límites a jugar con las pelotas y jugamos con títeres para que aprendiera consecuencias de lo que posiblemente podía ocurrir y nos ayudó a anticipar crisis muchas crisis y algunas las evitamos, aún sigo aprendiendo y aún le molestan los cambios de planes pero ya no corre detrás de una pelota, ya no se golpea contra la pared o el piso, ahora solo me dice ay que rabia me controlé eh me controlé y lo sigo estimulando por ello, sigo diciéndole que hace bien que va bien, que todos nos enojamos, que todos perdemos el control a veces y que todos aprendemos de nuestros errores.

He aprendido con é que el amor SIEMPRE es la respuesta y si no te está funcionando aumenta la dosis

Tere de Cortéz

“El Amor siempre es la respuesta”

“Si un niño no fue criado en el amor, sino en el miedo no aprende a amar sino a defenderse” Francoise Dolto

Como madre es complicado no cruzar la línea que separa los berrinches de las crisis, tenemos siempre en cuenta que algunos pequeños con TEA (autismo) tienen híper o hipo sensibilidad sensorial y que en ocasiones se alteran, lloran, agreden o auto agreden como reacción a una sobre estimulación sensorial y que pasan un mal momento.

Es común que lo tengamos en cuenta TODO el tiempo porque vemos en las caras de nuestros pequeños el sufrimiento y el dolor, entonces creemos que regañarlo o ponerle límites por una sobre carga sensorial es tan absurdo o cruel como golpear a un niño que se acaba de abrir la cabeza o romper un brazo porque se cayó, cuando lo que necesita es atención médica.

Es difícil no intentar ser comprensiva cuando has visto a tu hijo llorar con profundo dolor, cuando ves en sus ojos el sufrimiento, cuando lo miras tirarse al suelo en un grito desgarrador mientras se golpea la cabeza contra el piso, lo único que quieres hacer en ese momento es protegerlo, abrazarlo y que deje de sufrir y llorar.

No debemos olvidar que los niños con TEA justamente son niños y como tales también hacen berrinches y también necesitan límites claros y concretos que le sirvan de guía para lograr tener un comportamiento adecuado, necesitan mucha estructura, reglas muy claras, muy específicas en un lenguaje simple, breve y concreto.

Establecer límites con amor, con respeto y con el ejemplo. En el momento de las crisis el amor también es la respuesta el ABC de crisis y berrinches A) Amor, le doy amor para conectar B) Si te lo permite abraza, contenlo y hazle sentir seguro y C) Ayuda a resolver, ofrece alternativas y soluciones que le permitan aprender y resolver para que no vuelva a pasar un mal rato.

 La prevención siempre es mejor, anticipa puedes hacer una agenda de actividades para que tenga claro lo que debe hacer, establece reglas y muestra el comportamiento deseado y el no deseado para que lo tenga claro, recompensa siempre sus buenas acciones y organiza actividades para jugar, conectar, compartir, crear lazos de confianza y canales de comunicación, dale la oportunidad de hacerlo bien, de practicar una y otra vez, no necesitas un plan de recompensas con miles de dulces y juguetes, a veces basta con el reconocimiento, una estrellita, una palabra de aliento, un abrazo y por qué no, si puedes una pizza.

Cuando un bebé empieza a comer sólidos no le damos una pieza de pollo frito con papas a la francesa, le desmenuzamos muy finamente la carne e incluso la licuamos con verduras y caldo formando una papilla, lo mismo haremos con el día a día para un niño con TEA desmenuzarle la información o hacerla papilla para que la puedan digerir mejor, a veces ayuda anticipar, explicar paso por paso la situación para que ellos sepan qué esperar darles seguridad o siguiendo con el ejemplo que no se atraganten intentando digerir todo en el momento.

Para integrarlo poco a poco en un entorno o ambiente nuevo hay que anticipar y brindarle toda la información posible para que sea una experiencia amigable para el niño. Para ir al cine por ejemplo elegir un horario poco común y procurar evitar los estrenos donde es abrumadora la cantidad de personas que asisten al mismo es un claro ejemplo de “desmenuzar” la información para el niño, puedes elegir llevarlo en vacaciones un lunes a las 10 am cuando casi nadie va al cine y poco a poco elegir horarios con más personas, igual para llevarlo a una consulta o cortarse el cabello, si eliges un horario no muy concurrido eliminas el estrés de llegar y ver mucha gente y puede estar más abierto a experimentar, procura que sea breve habla con las personas con anticipación un corte rápido con máquina y sin gente o mirar al espejo puede ser una mejor experiencia que uno más largo con tijeras y lleno de gente, lleva objetos con los que tenga algún apego, así se sentirá más seguro, juguetes o puedes anticipar con la estilista cuánto puede demorar el corte y llevar una actividad que dure más o menos ese tiempo, ponerle un vídeo o jugar algo para que su mente se distraiga con una actividad y no piense en el corte, puedes hacerlo divertido, yo solía cortar las uñas de mi peque y ponerlas en una servilleta, le conté que “grillo” comía uñas y era momento de alimentarlo pues ya nos habían crecido, las poníamos en una servilleta y empezábamos a hablarle grillo, grillo, señor grillo, su comida está lista venga a comer y eso le distraía del corte de uñas, estar hablándole al señor grillo para que viniera a comer y para el cabello me compré un pelorico que si no saben que es, pues es un dulce que tiene un envase en donde vas bajando la tapa y tiene una especie de colador arriba por donde sale dulce de tamarindo con chile, le expliqué que aunque le corten el cabello le sale más igual que al pelorico, le compré tijeras y le hice un muñeco de estambre para que también le cortara el cabello, jugábamos al salón de belleza o al super mercado y eso le servía de práctica para que lo relacionara con los juegos y sabía que había que meter cosas al carrito, hacer fila, pagar y era momento de volver a casa.

Los niños aprenden más de lo que ven y de lo que viven que de lo que escuchan, me costó aprender algo que los libros no te enseñan, lo aprendes día a día con tu pequeño, porque los terapeutas a veces te dicen que algo te tiene que funcionar porque el libro dice que tiene que funcionar porque está comprobado científicamente PERO, el problema es que ellos tienen muchos niños por una hora cada uno y como madres tenemos el mismo niño 24/7 y ahí cambia todo, algo que no me enseñaron los libros es que la calma también se contagia, que en momentos de crisis de él yo no me podía dar el lujo de perder la calma, que mis emociones le daban seguridad o incertidumbre y que primero tenía que controlarme yo para que él estuviera bien y darle la seguridad de que todo iba a salir bien, creer en él, confiar en mí y en él eso me funcionó muchas veces más que hacer la agenda, que anticipar, que todos los consejos del terapeuta o todos los libros que me leía de autismo.

Por otro lado es difícil entender que también es niño, también hace berrinches y aprendí a elegir mis batallas a no pelear por un dulce y mejor negociar con él sobre el dulce, lo puedes tener aquí pero no lo puedes abrir hasta que termines de comer, eso le daba la seguridad de comerse el dulce si antes comía, aprendí a mantener la calma y ponerme en sus zapatos, entenderlo y ponerle límites con amor y respeto a no levantar la voz porque me costó entender que si levanto la voz la cosa empeora es como encender una antorcha y arde Troya, siempre hubo límites claros, reglas claras, estaban en un cuadro de lo permitido y lo que NO está permitido lo demás era negociable y sigue siendo ahora que es adolescente, ¿cómo saber cuándo es berrinche y cuándo es crisis? Cuando puede pensar y detenerse definitivamente es un berrinche y necesita otro tipo de abordaje y solución y cuando no mide el peligro, cuando no puede detenerse o pensar en las consecuencias definitivamente es crisis. Recuerdo un día en el rancho salimos a montar estaba jugando con una pelota, la pelota fue a dar a las patas de los caballos, le dije que no podía ir por ella, lo subí al carro en lo que resolvía recuperar la pelota, entró en crisis, se bajó del coche corrió llorando y no pude alcanzarlo me tocó meterme en medio de las varios caballos con mucha calma a sacar al niño con todo y pelota fue lo más kamikaze que he hecho en mi vida y eso que amo la adrenalina, he vivido muchas cosas con él y de todo he aprendido porque jamás volví a permitir que se fuera corriendo detrás de su pelota poniendo en riesgo su seguridad así que pusimos límites a jugar con las pelotas y jugamos con títeres para que aprendiera consecuencias de lo que posiblemente podía ocurrir y nos ayudó a anticipar crisis muchas crisis y algunas las evitamos, aún sigo aprendiendo y aún le molestan los cambios de planes pero ya no corre detrás de una pelota, ya no se golpea contra la pared o el piso, ahora solo me dice ay que rabia me controlé eh me controlé y lo sigo estimulando por ello, sigo diciéndole que hace bien que va bien, que todos nos enojamos, que todos perdemos el control a veces y que todos aprendemos de nuestros errores.

He aprendido con é que el amor SIEMPRE es la respuesta y si no te está funcionando aumenta la dosis

Tere de Cortéz



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