“La
Pecera”
“Todo
gran camino inicia con un pequeño paso”
Si
llenamos una pecera con agua y después le agregamos una gota de pintura roja, el
agua se teñirá de rojo y esa gota de pintura es la causa pequeños pasos nos
llevan a grandes lugares, pequeños
esfuerzos día tras día nos dan grandes éxitos, una pequeña causa puede
lograr un gran efecto.
Cuando
tocamos el agua de un recipiente o lanzamos una piedrita a un lago y ésta toca
el agua, se van creando círculos, empieza por uno pequeño que se va agrandando,
sin duda necesita que algo genere o inicie ese efecto y si somos constantes el
efecto se mantendrá por más tiempo y cada vez será mayor.
En
personas neurodiversas existen causas invisibles que crean un efecto visible,
generalmente vemos el efecto y no nos adentramos en la raíz o la razón que
provocó ese efecto. Por ejemplo un niño con un cerebro que genera millones de
ideas y pensamientos por segundos y esto le provoca un dolor de cabeza y el
niño llora, se toca la cabeza con desesperación como queriendo “callar” a su
cabeza y este llora, grita y aparentemente tiene una rabieta, lo visible es la
rabieta que es el efecto y la causa son los millones de ideas y pensamientos en
su cabeza que no podemos ver y entonces creemos que el niño tiene un berrinche
o rabieta cuando en realidad es un escape porque su cabeza es una olla exprés
que necesita liberar vapor.
Todos
podemos participar en la vida de una persona neurodiversa, ya sea de forma
positiva o negativa, podemos ser esa gota de pintura que cambie el color de su
pecera detrás de cada historia de éxito hay mucho esfuerzo, tropiezos,
lágrimas, caídas, errores y sudor.
En la
vida de la familia de una persona con autismo existe ese efecto constante de
crecimiento, de avances, algunos pequeños y otros más significativos, algunos
se notan y otros no tanto, sin embargo, detrás de eso que vemos hay mucha
historia, hay lucha constante y quizá las primeras ondas nos las perdimos, pero
existieron.
Cada
historia de una persona con autismo es diferente, cada una tiene su propia
pecera y elabora su pintura, a base de esfuerzos diarios, de constancia y
dedicación porque en cada familia hay retos que superar y
metas que cumplir y para cambiar el agua de su pecera necesitan esa pintura por
la que trabajan día a día.
Cada persona puede cambiar el color de una pecera,
podemos ser amorosos, comprensivos, abiertos a aprender, escuchar y nadar
dentro de su pecera para conocer el agua, la raíz de sus “rabietas” y ser la
gota de pintura que cambie su futuro.
Recuerdo
nuestros primeros intentos para socializar, mi hijo hacía lo correcto, era
amable, se esforzaba pero había niños que lo rechazaban, hasta un día que
fuimos a un parque y había tres niños que eran hermanitos, animé a Andy a
acercarse y a preguntar si querían jugar con su pelota, los niños le dijeron
que sí y empezaron a jugar, después hice mi trabajo me acerqué a la abuela de
los niños y le pregunté si me permitía comprarles botanas y jugos y accedió
fuimos a comprarlos y los niños la pasaron bien, ellos fueron la “gota de
pintura” que mi hijo necesitaba, eso le dio seguridad para acercarse a otros
niños y jugar con ellos le cambió el color de su pecera esa pequeña
experiencia.
Cada historia
detrás de cada niño neurodiverso y su familia existe un camino que hay que
recorrer, muchas puertas que hay que tocar para conseguir esa pequeña gota de
pintura que se llama “oportunidad” la oportunidad de cambiar un futuro.
Tuvimos
muchas malas experiencias en colegios con maestras y directoras, nos tocó ir de
uno a otro, no fue fácil, pero hubo maestras que hicieron la diferencia como
miss “Faby” ella estuvo abierta a hacer equipo conmigo y trabajar juntas y
logramos grandes cosas, sin ella nuestra historia habría sido muy distinta.
Esas
oportunidades que se abren con las puertas de un colegio, con la amistad y el
compañerismo, en una clase de deportes o arte, con empatía y respeto, con una
sonrisa o una palabra amable, con un gesto estimulador, todo cuenta y todo suma
a generar la pintura que muchas familias necesitan.
Cambiar
el color del agua de una pecera puede significar cambiar un destino, abrirle
las puertas a una familia puede significar cambiar la vida y el futuro de una
persona neurodiversa, puede ser el principio de un camino, y quizá no lo
veamos como mucho, pero sin ese pequeño paso no existiría el resto del camino.
Cuando
abrimos el corazón a conocer y saber más del
tema, cuando aprendemos para integrarlos en nuestra vida, en nuestra escuela,
en nuestro círculo de amigos, en nuestra comunidad y en el mundo somos parte
de esa gotita de pintura que podría cambiar toda el agua de una pecera, ser esa
pequeña gota que cambió el destino de alguien.
Tere de Cortéz
.jpeg)
No comments:
Post a Comment