Saturday, October 19, 2024

La pecera

 



“La Pecera”

“Todo gran camino inicia con un pequeño paso”

Si llenamos una pecera con agua y después le agregamos una gota de pintura roja, el agua se teñirá de rojo y esa gota de pintura es la causa pequeños pasos nos llevan a grandes lugares, pequeños esfuerzos día tras día nos dan grandes éxitos, una pequeña causa puede lograr un gran efecto.

Cuando tocamos el agua de un recipiente o lanzamos una piedrita a un lago y ésta toca el agua, se van creando círculos, empieza por uno pequeño que se va agrandando, sin duda necesita que algo genere o inicie ese efecto y si somos constantes el efecto se mantendrá por más tiempo y cada vez será mayor.

En personas neurodiversas existen causas invisibles que crean un efecto visible, generalmente vemos el efecto y no nos adentramos en la raíz o la razón que provocó ese efecto. Por ejemplo un niño con un cerebro que genera millones de ideas y pensamientos por segundos y esto le provoca un dolor de cabeza y el niño llora, se toca la cabeza con desesperación como queriendo “callar” a su cabeza y este llora, grita y aparentemente tiene una rabieta, lo visible es la rabieta que es el efecto y la causa son los millones de ideas y pensamientos en su cabeza que no podemos ver y entonces creemos que el niño tiene un berrinche o rabieta cuando en realidad es un escape porque su cabeza es una olla exprés que necesita liberar vapor.

Todos podemos participar en la vida de una persona neurodiversa, ya sea de forma positiva o negativa, podemos ser esa gota de pintura que cambie el color de su pecera detrás de cada historia de éxito hay mucho esfuerzo, tropiezos, lágrimas, caídas, errores y sudor.

En la vida de la familia de una persona con autismo existe ese efecto constante de crecimiento, de avances, algunos pequeños y otros más significativos, algunos se notan y otros no tanto, sin embargo, detrás de eso que vemos hay mucha historia, hay lucha constante y quizá las primeras ondas nos las perdimos, pero existieron.

Cada historia de una persona con autismo es diferente, cada una tiene su propia pecera y elabora su pintura, a base de esfuerzos diarios, de constancia y dedicación porque en cada familia hay retos que superar y metas que cumplir y para cambiar el agua de su pecera necesitan esa pintura por la que trabajan día a día.

Cada persona puede cambiar el color de una pecera, podemos ser amorosos, comprensivos, abiertos a aprender, escuchar y nadar dentro de su pecera para conocer el agua, la raíz de sus “rabietas” y ser la gota de pintura que cambie su futuro.

Recuerdo nuestros primeros intentos para socializar, mi hijo hacía lo correcto, era amable, se esforzaba pero había niños que lo rechazaban, hasta un día que fuimos a un parque y había tres niños que eran hermanitos, animé a Andy a acercarse y a preguntar si querían jugar con su pelota, los niños le dijeron que sí y empezaron a jugar, después hice mi trabajo me acerqué a la abuela de los niños y le pregunté si me permitía comprarles botanas y jugos y accedió fuimos a comprarlos y los niños la pasaron bien, ellos fueron la “gota de pintura” que mi hijo necesitaba, eso le dio seguridad para acercarse a otros niños y jugar con ellos le cambió el color de su pecera esa pequeña experiencia.

Cada historia detrás de cada niño neurodiverso y su familia existe un camino que hay que recorrer, muchas puertas que hay que tocar para conseguir esa pequeña gota de pintura que se llama “oportunidad” la oportunidad de cambiar un futuro.

Tuvimos muchas malas experiencias en colegios con maestras y directoras, nos tocó ir de uno a otro, no fue fácil, pero hubo maestras que hicieron la diferencia como miss “Faby” ella estuvo abierta a hacer equipo conmigo y trabajar juntas y logramos grandes cosas, sin ella nuestra historia habría sido muy distinta.

Esas oportunidades que se abren con las puertas de un colegio, con la amistad y el compañerismo, en una clase de deportes o arte, con empatía y respeto, con una sonrisa o una palabra amable, con un gesto estimulador, todo cuenta y todo suma a generar la pintura que muchas familias necesitan.

Cambiar el color del agua de una pecera puede significar cambiar un destino, abrirle las puertas a una familia puede significar cambiar la vida y el futuro de una persona neurodiversa, puede ser el principio de un camino, y quizá no lo veamos como mucho, pero sin ese pequeño paso no existiría el resto del camino.

Cuando abrimos el corazón a conocer y saber más del tema, cuando aprendemos para integrarlos en nuestra vida, en nuestra escuela, en nuestro círculo de amigos, en nuestra comunidad y en el mundo somos parte de esa gotita de pintura que podría cambiar toda el agua de una pecera, ser esa pequeña gota que cambió el destino de alguien.

Tere de Cortéz

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