Friday, October 25, 2024

Papá


Era un lunes por la mañana, estaba lavando platos cuando sonó mi celular, era él, hacía mucho tiempo que habíamos discutido y no nos volvimos a hablar desde que salió de mi casa esa noche, respiré profundo y respondí, me saludó su voz se quebró y empezó a decir: "Tú siempre ayudas a las personas, ayúdame ... tengo cáncer" sentí que el mundo se detuvo, se me heló la sangre y contuve el llanto y le dije vas a estar bien papá. 

Ese fue el principio del fin y no lo sabía fuimos a hacer estudios, estuve visitando personas e instituciones había sido tres años en una fundación que ayuda personas con cáncer, tenía algunos amigos médicos en hospitales públicos y privados, nutriólogos etc. los fuimos visitando a todos, lo empezaron a atender, el esposo de una amiga era director de un hospital le pedí revisara los estudios que le habían hecho a mi papá, me citó a solas y me dijo que iba a ser cruel conmigo pero que necesitaba saber que el cáncer de mi papá estaba en etapa terminal, que ya no había nada qué hacer por él y que se le iban a dar paliativos para que sufriera lo menos posible, decidí callarme y no decirle a él, ya era mucho padecer cáncer terminal para encima procesar que le quedaban entre 4 y 6 meses de vida aproximadamente.

Empecé a llevarlo a sus consultas, a comprarle comida especial y suplementos, acompañarlo, hacerle el desayuno y dejarle comida, a cuidarlo en el hospital cuando le ponían medicamentos, renuncié a pasar la última navidad juntos, yo pasé muchas navidades con él y tenía muchos recuerdos, le di libertad de disfrutar a sus otros hijos y hacerme a un lado, dejar que lo cuidaran sus otros hijos que disfrutara de toda su familia y prepararme para el final.

En enero le tocaba internarse para el medicamento y se empezó a complicar, fue el principio del fin, desde que lo vi lo supe, lo abracé y sabía que era mi momento de estar con él y acompañarlo en sus últimos días, le costaba comer había que darle poco a poco, y tardaba como cinco minutos en pasar cada bocado, lo abrazaba, le decía que guapo estás, me arreglaba mucho me ponía bonita para él y siempre me decía que bonita te ves mi amor, nunca me vio mal, siempre con una sonrisa y la mejor actitud, siempre de buen humor, nos reíamos mucho.

Estaba dándole de comer y empezó a vomitar sin parar, encontré un pequeño contenedor que le ponía no se cuantas vueltas di al baño para vaciarlo y lo volvía a llenar, vi que empezó a salir sangre y lo cubrí para que no viera, no se de dónde saqué la fortaleza para no reaccionar, le cambié la bata, le lavé la cara y me dijo que se sentía mal que yo lo viera así y le dije que yo lo hacía con mucho amor que no tenía que sentirse mal, le puse crema en la cara, bálsamo en sus labios y le dije te ves guapo papá, lo abracé y le empecé a acariciar la mano, hasta que se quedó dormido, su semblante era de dolor pero por fin estaba tranquilo, me metí al baño a llorar y a maquillarme de nuevo.

Esa noche su médico me confirmó que el final estaba cerca, al día siguiente llegué a verlo se veía animado, lo abracé y empezamos a hablar de planes a futuro, de las cosas que haríamos cuando sanara, jamás tuve corazón para contradecirlo o explicarle que no había salida que iba a morir y que yo iba a perder al amor de mi vida.

Lo dejé dormido y me fui por mis hijos al colegio, pasé por comida estaba exhausta emocionalmente y no sabía lo que me esperaba, estaba esperando a mi hijo menor, cuando él me llamó llorando y me dijo que no podía más que fuera a verlo que necesitaba hablar conmigo, supe que era el final, llevé a comer a mis hijos y me despedí de ellos, manejé al hospital con el alma hecha pedazos pero Dios, solo él me daba la fuerza para salir del auto con una sonrisa y mi mejor cara, entré a la habitación y me extendió la mano, se la tomé y empezó a llorar y despedirse de mí, me pidió que hablara con mi mamá y sus demás hijos para despedirse de ellos, solo pude encontrar a mi mamá, pidió de nuevo verme y lo tomé de la mano, él temblaba y no podía respirar, empecé a cantar una oración, cerré los ojos y poco a poco nos fue envolviendo una luz que nos llenaba el alma, él fue dejando de temblar, se fue calmando, aunque fue un momento muy doloroso, fue también el más feliz de mi vida, sentí una paz que jamás he vuelto a sentir, cuando abrí los ojos, él me sonrió y su mirada que siempre era de profundo dolor, se transformó en paz, me sonrió y dijo gracias, cerró los ojos, salí de la habitación y solté el llanto, camino a casa de mi madre lloré como jamás he llorado, la llevé conmigo al hospital y recibí la llamada de su médico me pidió que fuera para allá, le expliqué que había salido a recoger a mi mamá e íbamos camino al hospital, llegando mi mamá entró a despedirse y me quedé con su doctor, me dijo que sus pulmones estaban a punto de colapsar y me pidió que decidiera si intentaban prolongar su vida o si esperábamos lo inevitable, con todo el dolor de mi alma le pedí que lo dejara ir sin dolor, le inyectaron medicamentos para calmar sus dolores y se fue en paz, tranquilo y yo le echo de menos cada día, dicen que es una bendición tener un enfermo terminal, al día de hoy han pasado 8 años sin él y aún no encuentro la bendición por ningún lado, ver consumirse poco a poco a alguien que amas con toda el alma, ver como su vida se va apagando día tras día, mientras callas tu dolor, mientras contienes el llanto y las ganas de derrumbarte porque sientes impotencia de no poder ayudarlo, que no importa cuanto te esfuerces, él no va a sanar, se va a morir y cada día empieza con la incertidumbre de si hoy será el último, ruegas a Dios porque su sufrimiento acabe y en el momento que escuché que había muerto, respiré profundo y dije ya vamos a descansar los dos, sentí paz por él, me sentí feliz por él, ya no iba a sufrir más, no pude llorar, hasta que me dijeron de la funeraria que tenía que soltarlo pues ya se lo tenían que llevar, respiré profundo, besé el ataúd y lo solté, por fin pude llorar y sentir mi alma desgarrarse, le agradecí por amarme desde el día en que nací hasta el día que él murió, le dije te amo y sentí sangrar mi corazón.

No existe un solo día que no te recuerde papá, que no me haga falta tu sonrisa, tu mirada, tus abrazos y tus besos, la vida me enseñó de la forma más cruel que amar como nos amamos duele, duele cuando ves morir a tu gran amor y duele soltarlo y dejarlo ir, que el amor no es egoísta que incluso cuando sabes que va a doler piensas en lo que es mejor para él y lo dejas ir en paz y que aunque su ausencia duele saber que lo amé y le di lo mejor de mí me da la tranquilidad que necesita mi alma y espero el día de reunirme con mi gran amor, dicen que nuestros amores no mueren mientras los recordemos, yo te recuerdo cada día con amor, dejaste de vivir en este mundo para mudarte a mi corazón y mis recuerdos.

Te amo hasta el fin de los tiempos papá 



No comments:

Post a Comment

Resiliencia y fortaleza emocional

 Resiliencia y fortaleza emocional " Capacidad de adaptación ante la adversidad y afrontar los retos y dificultades con serenidad tenie...