Crisis
“El autismo es una prueba que no
precisa de una sola palabra”
Imagina
que te sientas a leer un libro, de repente pasa una ambulancia y suena fuerte
la sirena, unos niños gritan, el vecino está clavando un cuadro, otro vecino
pone música muy alta mientras canta a todo pulmón, en la cocina dejaste en la
estufa calentando la sopa y comienza a hervir y la tapa empieza a moverse y se
escucha el sonido de metales chocando ¿te podrías concentrar leyendo?, ¿cómo te
sentirías?
A
menudo se juzga a los peques con autismo de malcriados o berrinchudos y creo
que informar a la sociedad es el primer paso para sensibilizar, empezaré
explicando qué es un berrinche y qué es una crisis.
El
berrinche es un estado de frustración, enojo y angustia por no obtener lo que
se desea, todos cuando somos niños explotamos en gritos, llanto o golpes cuando
estamos frustrados y enojados porque no nos compraron una paleta o angustiados
porque se nos rompió un juguete, esto sucede en edades tempranas cuando el
cerebro se sigue formando, no es que un niño pequeño no tenga la capacidad de
gestionar sus emociones porque es torpe, es que carece de una parte del cerebro
que se llama corteza prefrontal aún se sigue formando, decir que un niño es
manipulador o tiene la malicia de hacerlo por hacernos pagar un mal rato es tan
absurdo como decir que una persona ciega es grosera porque pasé cerca de ella y
no me saludó, o sea no ve, la única forma de saber que yo estaba ahí era
hablando o saludando yo, de igual manera un niño pequeño no puede controlar sus
impulsos o gestionar sus emociones porque no tiene corteza prefrontal los
peques con TEA también hacen berrinches y necesitan límites, necesitan guía y
acompañamiento para aprender a controlar sus impulsos y manejas sus emociones.
Las
crisis de un peque con autismo son una reacción a una sobrecarga sensorial, algunos
pequeños tienen una sensibilidad mucho mayor a los estímulos del entorno, en
algunos casos son controlables ciertos estímulos sensoriales como el ruido que
puedes bajar el volumen, pero no siempre por ejemplo en un lugar público y no
siempre tienes conocimiento de que habrá un evento por ejemplo en el
supermercado o un centro comercial, no siempre puedes controlar las personas
que asisten a un lugar, el tráfico, cosas que están fuera de tus manos como el
clima, muchos de ellos sienten el calor o el frío mucho más intenso por citar
algunos ejemplos.
Las
crisis de un niño con autismo tienen síntomas físicos como dolor, inflamación
en la cabeza e incluso sensación de que su cabecita es como un globo a punto de
explotar, taquicardia, presión en el pecho, dificultad para respirar e incluso sensación
de ahogo o asfixia, mareos, aturdimiento, vista borrosa, dolor estomacal,
náuseas, entumecimiento de las extremidades, frío extremo, inflamación del
cuerpo sentir que va a estallar.
Saber
esto tanto a padres como maestros y sociedad en general nos ayuda a comprender
que el niño con TEA que está reaccionando con gritos, llanto e incluso
golpearse a sí mismo con las manos o contra la pared o el piso va tomando un poco
de sentido, si ya tengo conocimiento que a veces puede estar sintiendo que su
cabeza es un globo que se infla y está a punto de explotar seguramente en su
intento desesperado y con angustia que eso se detenga se golpea a sí mismo
igual que cuando un adulto golpea al control contra un mueble porque no
funciona o golpea la impresora para que empiece a funcionar porque tiene prisa.
Entender
lo que está viviendo un niño de dos o tres años con autismo cuando llora sin
parar y grita puede ayudarme a entender que no está haciéndome pasar un mal
rato, él está sufriendo y pasando un muy mal rato.
¿Cómo
ayudarle?
·
Mantener
la calma, también se contagia la seguridad y la paz.
·
Llévalo a
un espacio seguro, apartado donde puedan estar solos los dos, pide ayuda a los
demás para que se hagan a un lado y no vayan a intimidar al peque.
·
Pídele
que respire contigo, lento y profundo, esto ayuda a distraer y sacar del estado
en que se encuentra e ir recuperando la calma.
·
Habla con
voz serena, tranquila y hazle saber que estás ahí para ayudar que puede confiar
en ti.
·
Una vez
que regrese la calma, pídele que te cuente lo que le sucedió para ayudarlo,
escucha sin interrumpir ni juzgar, recuerda que bajo su perspectiva sucedieron
las cosas y que tú no percibes igual.
·
Ayúdale a
encontrar alternativas cuando vuelva a sucederle algo igual o similar eso le
ayudará a controlar y prevenir futuras crisis.
·
Hazle
saber que siempre puede contar contigo.
La
diferencia entre un berrinche y una crisis en un peque con autismo es que los
berrinches lo mantienen consciente, es capaz de detenerse, una crisis no, en
una crisis está desconectado y descontrolado, no es capaz de detenerse solo, en
ambos casos necesitan atención y apoyo y como en todo tiene principio y fin,
con amor y paciencia se pueden superar estas etapas.
A
veces basta una mirada para darles la seguridad que necesitan para enfrentar
poco a poco los sobre estímulos del entorno.
Tere
de Cortéz
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