El pequeño gigante
“Solo los rebeldes son capaces de
cambiar al mundo, él vio mi mundo gris y lo pintó de azul”
Nació
en medio del caos, dijeron que no podía ser madre y él llegó a mi vida como un
arcoíris en medio de la oscuridad, llenó de colores mi vida y desde el primer
día lo llamé mi pedacito de cielo, yo sabía que él es especial y la vida se
encargó de enseñarme como un ser tan pequeño era GIGANTE en muchos sentidos.
Cuando
me dijeron que tenía autismo mi mundo de cayó en pedazos y pensé que era una
tragedia, lloré por días y renuncié al hijo que vivía en mi mente y me abrí a
recibir al niño que llegó a mi vida para enseñarme que si me liberaba de
expectativas y prejuicios el viaje de su mano se podía convertir en el mejor de
los viajes en mi vida.
Cuando
entró a tercero de preescolar lo llevé a un colegio en donde no tenían clase de
educación física, en su lugar había talleres de arte y deportivos, él no
toleraba el contacto físico y tiene hipersensibilidad auditiva, había taller de
taekwondo así que la directora del colegio me dijo que podía evitar entrar a
probar ese taller pues por su condición quizá la iba a pasar muy mal a lo que
respondí: vamos a darle la oportunidad de elegir si él dice que no, respetemos
eso, pero si decide que sí hay que apoyarlo.
Entró
a la clase y le gustó se quedó en el taller de taekwondo, el sabomnim lo apoyó
con algunas adecuaciones en la clase para enseñarle las formas de combate,
habló conmigo para que juntos pudiéramos apoyarlo en lograr hacer su primer
examen de cambio de cinta, llegado el día al entregarlo en el tatami lo abracé
y le dije: ¡Tú puedes campeón! Y me fui a sentar cerca del tatami por si me
necesitaba, llegó su turno y le pedí a alguien que lo grabara para estar
disponible si me necesitaba, iba a empezar su examen cuando el sabomnim preguntó
si lo hacían juntos o si quería intentarlo solo y él muy seguro de sí mismo
respondió: “Yo puedo solo” me llené de orgullo y mis ojos se llenaron de
lágrimas, él puede solo pero sabe que mamá siempre está cerca por si la
necesita, pasó su examen sin problemas y le cambiaron de cinta y aunque cambió
muchas veces el color de su cinta la primera fue la más especial.
Lo
vi en su primer torneo, cuando empezaron a llamar al podio a los ganadores de
cada categoría y escuché su nombre recorrí todo el estadio corriendo para
abrazarlo ganó el tercer lugar pero para nosotros fue medalla de oro olímpica,
me habían dicho que nunca iba a lograr nada, que nunca iba a hablar y no solo
pudo hablar estaba ganando el tercer lugar en su categoría en un torneo de
taekwondo en un estadio lleno de gente, con la música a todo volumen, con
alguien hablando en un micrófono, con muchísima gente hablando, gritando,
aplaudiendo y para muchos puede ser algo cotidiano para un niño con TEA con hipersensibilidad
auditiva era un infierno que había podido controlar y mantener la concentración
para hacer lo que tenía que hacer cuando llegó el momento y por primera vez
estaba lejos de mamá, yo estaba tranquila porque sabía que él tenía la
seguridad de que si me necesitaba yo iba a hacer hasta lo imposible por estar
ahí para él.
Para
todos los niños es importante desarrollar un apego seguro y una autoestima sana
ser una mamá presente, atender sus necesidades, contenerlo cuando lo necesita,
escucharlo cuando tiene algo que decir, saber que no pasa nada si se cae, sabe
que puede sacudirse la tierra de la ropa y volverlo a intentar y después de
casi 7 años teniendo a mamá cerca pendiente de él TODO el tiempo le dio
seguridad no solo en ese torneo, en muchos otros, en todos sus exámenes incluso
el de cinta negra cuando estaba ansioso y con miedo de combatir, siempre antes
de dejarlo solo en el tatami lo abracé y le dije ¡Tú puedes campeón! Y eso a
veces basta para que puedan lograrlo, saber que creemos en ellos los hace creer
en sí mismos.
Dijeron
muchas cosas de él tantas personas que no creyeron que pudiera lograr algo, nosotros
fuimos rebeldes y no los escuché y le cubrí los oídos para que él tampoco
escuchara las voces de las personas que dijeron que no podría lograrlo, mi
pequeño rebelde y determinado, cambió su historia, su futuro, me enseñó que
imposible es una palabra que simplemente NO existe en su vocabulario, él es
diferente como muchos otros niños con TEA y es rebelde, obstinado, enfocado y
determinado, jamás se rinde es pequeño en edad pero GIGANTE de espíritu.
Mi
sueño es que todos los niños del mundo con TEA sean rebeldes, cambien el mundo
nos enseñen a ser puros, sinceros, enfocados, tenaces y a no rendirnos, a nadar
contra corriente porque esta es la historia de mi niño y estoy segura que hay
millones de historias que no son contadas, creamos en ellos para que crean en
sí mismos, no les pongamos límites y junto a ellos vamos a derribar los que la
sociedad en su desconocimiento nos impone, demostremos que las familias azules
somos rebelde y podemos cambiar el mundo, derribar barreras y transformar una
dificultad en súper poder.
Hoy
dejó el taekwondo, pero sigo apoyando cada uno de sus pasos y soy la primera en
aplaudir sus logros, contenerlo en sus derrotas y alentarlo en cada una de sus
batallas sé que nos esperan muchas aventuras más por experimentar, cada una de
ellas vivirá por siempre escrita con letras de oro en mi corazón.
¡Te
amo mi pequeño GIGANTE!
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