“La ranita”
“En la dificultad reside la
oportunidad”
Era
una vez una ranita que saltaba alegremente de en el bosque, todos la miraban
saltar de un lado a otro, cantando llena de júbilo, llena de energía daba
saltos frenéticamente, intensa y juguetona, distraída y desbordada.
Algunos
animalitos le gritaban:
- Ranita, ranita, ten más cuidado, te vas a caer en el gran
agujero si no te concentras.
La
ranita seguía saltando y cantando con gran entusiasmo, jugueteaba entre las
flores, saltaba en los charcos, giraba, daba saltos muy altos y hacía algunas
acrobacias.
Un
conejito le dijo muy molesto:
- ¡Vaya insensatez! Hay muchas abejas entre las flores
alguna podría picarte, ¡Concéntrate!
Pero
nuestra pequeña amiga seguía saltando al tiempo que cantaba, olía las flores,
contaba las hojas, intentaba alcanzar las ramas de un árbol, jugando entre las
flores miró una abeja y la saludó
- ¡Hola abejita!
Continuó
su camino jugando, cantando, saltando, alegre y desbordada como es ella, cuando
de repente sin darse cuenta cayó en el gran agujero, resbaló hasta el fondo sin
darse cuenta y finalmente al tocar el fondo se dio cuenta de dónde estaba,
todos los animalitos se acercaron para mirar de cerca.
- Oh, oh, creo que me he caído – Dijo la ranita
- ¿Estás bien? – preguntó una ardillita
- ¡Te dije que te ibas a caer! Eso pasa por no hacerme caso
– replicó el conejo muy molesto.
La
ranita se sacudió la tierra y empezó a saltar para salir del gran hoyo con gran
energía.
Todos
los animalitos le gritaban que ya dejara de saltar, que se rindiera, que no iba
a lograr salir de ahí que tenía que resignarse a morir en el gran hoyo por no
tener cuidado y concentrarse.
La
ranita seguía saltando con fuerza a pesar de que intentaban desanimarla ella no
dejaba de intentar salir del gran hoyo.
La
abejita a quien había saludado se acercó al oído de la ranita y le dijo: “Vamos,
yo sé que Tú puedes”
La
ranita dio un gran salto con tanta fuerza que logró salir del gran hoyo, todos
los animalitos se acercaron a preguntarle cómo lo había logrado y la ranita
sonriendo les respondió: “Disculpen, pero no los escucho, es que soy sorda”
Los
niños con TDAH y TEA a veces les cuesta concentrarse, a veces algunos tienen
demasiada energía, se distraen con facilidad casi con cualquier cosa, sin
embargo, cuando tienen la necesidad de hacer algo, o algo atrae lo suficiente
su interés son muy enfocados y no se rinden hasta lograr su objetivo.
Igual
que en el pequeño cuento, la sociedad tiene muchos prejuicios, tiende a creer
que no pueden, que algo “malo” hay en ellos, la gente suele juzgar y señalar a
quienes son “diferentes” y en realidad TODOS somos diferentes, solo que las
etiquetas y el desconocimiento nos hacen pensar que las personas con TDAH o TEA
son todos iguales, con la poca información que poseen y generalmente lo asocian
con algo negativo por ejemplo mucha gente piensa que los chicos y chicas con
TEA (autismo) no hablan y en algunos casos es verdad que no hablan, pero
algunos si se comunican, si hablan y se expresan, otros tienen dificultades
para hacerlo y lo mismo aplica a chicos y chicas con TDAH, lo asocian
directamente con ser distraído y desorganizado y basándose en esas ideas
(generalmente erróneas y desinformadas) creen que no pueden hacer algo o que
tienen derecho a usar su dx para señalar que están cometiendo errores o
asumiendo que no pueden.
Ningún
niño con o sin DX debería escuchar sobre sus errores, si los seres humanos tuviéramos
consciencia del impacto que nuestras palabras pueden tener en los demás
seríamos mucho más cuidadosos al expresarnos.
Mi
consejo a toda familia que recibe un DX de su peque siempre es y será: No
escuchen las cosas negativas, crean en sus hijos, en que pueden lograr lo que
se propongan, que la constancia y la disciplina pueden dar grandes resultados.
Hay
que ser como la ranita, sordos a las palabras de otros y ser uno mismo, confiar
en nuestra capacidad y jamás rendirnos.
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